En el informe que elaboró la entidad 1841 Foundation, colocó a la Argentina en el tercer puesto entre 83 países de América y Europa que se caracterizan por tener “gobiernos de baja calidad, alta corrupción y discrecionalidad, una gestión económica pobre e instituciones débiles”, además de combinar “altos regímenes fiscales con malos manejos gubernamentales”, entre los que encabezan la lista Bielorrusia y Venezuela.

El presidente de la 1841 Foundation, el abogado Martín Litwak, explicó la complejidad de los que significa pertenecer a este “inferno fiscal”, explicando: “Si bien la presión fiscal es la que carga el mayor peso, creemos que un ‘infierno fiscal’ no es únicamente un país con altos impuestos, sino más bien uno cuyo estado de derecho es débil y en el que los derechos a la privacidad y a la propiedad no se aplican o protegen como es debido”.

Para comprender esta diferencia, Litwak precisó que hay países con gobiernos que tienen impuestos altos, pero mantienen una “alta calidad y estabilidad económica y legal", por otro lado existen los paraísos fiscales que informan baja tributación y sus estados son subdesarrollados.

En el medio, existen países con una gran corrupción, donde no se respeta la propiedad privada y con gran voracidad tributaria, lo que los califica como “infierno fiscal”. Este es el caso de la posición de Argentina en este ranking, combina algunos de estos factores, como por ejemplo, el impuesto al cheque.

“La Argentina aparece en ese lugar del ranking por la falta de seguridad jurídica, tanto histórica como reciente, y una enorme voracidad fiscal. Los pagadores deben hacer un gran esfuerzo frente a impuestos superpuestos y a una enorme grado de informalidad en la economía, que hace que la porción de los pagan sea cada vez más pequeña", explicó Litwak.

El presidente de la 1841 Foundation explicó que hay cuatro categorías de impuestos, de las cuales dos existen en todos los países: el de las ganancias y consumo. Las otras dos suelen ser provisorias o negativas: la de impuestos a las transacciones y al patrimonio. Estas últimas, “desalientan el ahorro y la inversión, todo lo que un país necesita para crecer”

Según los expertos que elaboraron este informe, el impuesto a débitos y créditos bancarios, “es un invento argentino, no existen en el mundo tributos así, a excepción de algún caso en que se aplicó en forma transitoria”, y agregan que “está demostrado que en la Argentina hay un régimen tributario, no un sistema. Se entiende que un sistema implica reglas con coherencia y lógica. En un régimen, solo se piensa en recaudar y se amontonan normas”.