Medios griegos comenzaron a hacerse eco durante las últimas horas de una estafa múltiple e increíble que involucra varias artimañas inverosímiles. Varios grupos de antivacunas, de los que abundan por Europa, intentaron sobornar a diversos empleados de la salud en centros de vacunación para que les inyecten agua y les otorguen el certificado que permite realizar una serie de actividades que están prohibidas para quienes no hayan sido inmunizados. Sin embargo, fueron vacunados contra su voluntad.

Según informan desde Grecia, las personas que quisieron burlar al sistema y fueron estafadas pagaron la importante suma de 400 euros a cambio de que les apliquen tan sólo agua bacteriostática o estéril y les firmen en carnet de vacunación o "pasaje verde" como si hubiesen recibido una dosis aprobada de alguna vacuna contra el COVID-19.

Contrario a sus planes, médicos y enfermeros se quedaron con el pago efectuado, pero lo que les inyectaron fue la vacuna real, es decir, lisa y llanamente, los vacunaron. Entre 100 y 200 centros de vacunación de los 2 mil registrados en Grecia están bajo investigación así como casi 300 empleados de la salud.

Lo conflictivo del asunto es que, salvo aquellos que presenten algún síntoma concreto tras la aplicación de la supuesta dosis falsa, como fiebre, aquellos que pagaron sobornos no podrán comprobar de modo alguno si se les cumplió con el acuerdo ilegal pactado o se los vacunó.

De acuerdo a informe realizado por el periodista griego Nikos Kostandaras para el medio local Ekathimerini, seis de cada 10 ciudadanos griegos se niegan a vacunarse contra el COVID-19, pero, al mismo tiempo, de acuerdo al registro del gobierno de Grecia, más del 60% de la población fue vacunada.