El presidente Alberto Fernández tuvo que "lamentar" por televisión la partida de su ministro de Defensa, Agustín Rossi, para forzar su salida de la cartera: "Hemos puesto una regla ética que es que los ministros que sean candidatos dejan el gabinete”,  y "lamento la partida de Daniel Arroyo y Agustín Rossi".

Después de varios días de presiones internas, el despido televisivo terminó aflojando la resistencia de Rossi que dimitió. Arroyo claro, fue puesto en la misma frase pero en su caso, su salida estaba perfectamente acordada.

El problema con Rossi fue su candidatura a senador por la Provincia de Santa Fe, para competir en la paso con la lista del gobernador Omar Perotti, que a su vez la tenía consensuada con Alberto  y Cristina.

Esta claro, el peronismo es un cultor de las listas únicas y el surgimiento de candidatos por fuera de los acuerdos del "popes", esta mal visto. Rossi fue intimado a desistir, no lo hizo y resultó despedido del ministerio.

Ayer, entre versiones cruzadas, el ex ministro había dicho que creía que los que se tenían que ir eran los "funcionarios que no funcionan" y no los que se postulen. Se ve que creyó mal.