Los organizadores y apuntaladores del primer paro nacional antikirchnerista se mostraron sosprendidos por haber logrado la adhesión o la salida de servicio de la mayor parte de las líneas ferroviarias.

Algunas líneas se sumaron con sus trabajadores, y otras, como la Mitre, se vieron obligadas a suspender el servicio "por cuestiones de seguridad", debido a que las vías estaban ocupadas por piquetes.

El Belgrano Norte y el Urquiza fueron las únicas excepciones. Funcionaron con cronograma de día feriado, es decir, con 50 por ciento menos de frecuencia, por cortes en las vías.

El panorama fue cambiando a lo largo del día. Se sabía de antemano que el ferrocarril Sarmiento no funcionaría. Rubén "El Pollo" Sobrero, delegado de la línea y adversario del líder de la Unión Ferroviaria, José Pedraza, fue de los primeros en acordar con Hugo Moyano. Se sumaron en el transcurso de la jornada las líneas Roca, Mitre en sus tres ramales, San Martín y Belgrano Sur.

Según analizó Hugo Moyano, la parálisis en el servicio de trenes estuvo directamente relacionada con la adhesión de los señaleros a la huelga. "A Sobrero y a los señaleros les debemos casi el 100 por ciento de la efectividad del paro", celebró durante la conferencia de prensa en la CGT.

También fue clave la presión de las bases, que fueron al paro pese a la negativa de sus jefes, destacó por Continental Raúl Epelbaum, miembro de la Comisión directiva de la Asociación de Señaleros.

Donde no hubo sorpresas fue bajo tierra. Tal como estaba previsto, las líneas A, C, D, E y H funcionaron normalmente. El Premetro prestó servicio desde el mediodía. Sí adhirió la línea B. Su delegado, Claudio Dellecarbonara, pertenece al PTS.