El núcleo de la Tierra es clave para la vida, así que si algún día se apaga, el planeta mismo se convertirá en una gigantesca roca fría e inerte. Ahora, en una reciente investigación, un equipo de científicos calculó que ese enfriamiento está ocurriendo más rápido de lo que se creía.

Este enfriamiento ocurre en escalas de miles de millones de años, así que por más rápido que fuera, ninguno de nosotros estaremos vivos para ver cómo sería esa fría muerte del planeta.

Los expertos, sin embargo, coinciden en que investigar estos procesos naturales es clave para comprender mejor la evolución de la Tierra y los fenómenos que afectan la vida en el planeta.

Este enfriamiento más rápido puede tener varias consecuencias, indican los autores del estudio. Por un lado, puede causar que las placas tectónicas, que se mantienen en movimiento por el flujo del manto, se desaceleren más rápido de lo que esperaba.

"Nuestros resultados podrían darnos una nueva perspectiva sobre la evolución de la dinámica de la Tierra", explica Motohiko Murakami, profesor del ETH .

Murakami, sin embargo, advierte que en este momento no pueden estimar cuánto tiempo tomará ese enfriamiento con el que se detendría la actividad en el manto.

"Este estudio ofrece una nueva visión del principal proceso geológico que afecta a los planetas rocosos (como la Tierra): la velocidad a la que se enfrían", le dice a BBC Mundo Paul Byrne, profesor de Ciencias Planetarias y de la Tierra en la Universidad Washington en San Luis, Estados Unidos, quien no estuvo involucrado en la investigación.

"Marte, Mercurio y la Luna se han enfriado tanto durante los últimos 4.500 millones de años que, geológicamente hablando, son esencialmente inertes", explicó. Por eso, a diferencia de la Tierra, Marte, Mercurio y la Luna no tienen placas tectónicas, explica el experto.