Los alumnos les han dicho a los inspectores de Ofsted que el acoso sexual y el abuso sexual en internet son una parte tan rutinaria de su vida diaria que no ven ningún sentido en cuestionarlo o denunciarlo.

Las niñas sufren de manera desproporcionada, quejándose de insultos sexistas, abuso en línea, upskirting, tocamientos no deseados en los pasillos de la escuela y bromas de violación en el autobús escolar.