“Mary Kills People” cuenta la historia de Mary Harris que es una doctora del departamento de urgencias de un hospital canadiense pero además es una consultora de cuidados paliativos para enfermos terminales, un trabajo que le permite acceder a pacientes desahuciados que buscan terminar con sus sufrimientos.

Junto con su socio han tomado la misión de darle a esa gente una muerte digna y sin sufrimiento, aunque para ello también cobran un dinero, 10 mil dólares, que comparten junto con una enfermera de Terapia Intensiva que les proporciona información y recomienda, veladamente, sus servicios.

Sus problemas empiezan con el inicio de una investigación policial propiciada por un juez cuyo hijo se suicidó en cuestionables circunstancias. Aquí la serie discurre por la trama policial, el drama y los claro oscuros morales y éticos que supone la zona gris en la que se ubica la ley, el deseo de algunas personas a terminar con su vida y la obligación de aquellos que ejercen la medicina.

“Mary Kill People” tiene una estructura de temporadas muy cortas de apenas seis capítulos, que se estructuran cada una de ellas en torno a algún antagonista principal que amenaza con descubrir a la doctora y sus prácticas ilegales. En paralelo la serie trata en forma de procedimental con lo que mantiene la expectativa a medida que avanza.

La pareja protagónica lo hace muy bien pero la serie falla en sus actores secundarios y en sus tramas secundarias como la relación de la protagonista con sus hijas. Este desarrollo desparejo de la acción se hace más patente a partir de la segunda temporada, luego de la cual Lifetime se bajó de la producción y sentenció la suerte de la serie luego de la tercera entrega, que fue la última.

No es fácil abordar el tema de las enfermedades terminales y el encarar o no la serie dependerá de las ganas de acercarse a un tema tan delicado como el del suicidio asistido, el dolor y la decisión personal de cada uno de poder decidir su propia muerte.

Hernán Pablo Méndez

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