El secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Scott Bessent, anunció que el paquete de asistencia financiera destinado a la Argentina alcanzará un total de 40.000 millones de dólares. Este monto incluye una nueva línea de crédito de 20.000 millones que se agrega al actual programa de intercambio de divisas. Según explicó Bessent en Washington, esta iniciativa forma parte de un enfoque más orientado al mercado de deuda, con la participación de bancos privados y fondos soberanos, consolidando así el respaldo financiero a la nación sudamericana.
Asimismo, Bessent confirmó que el Tesoro estadounidense volvió a intervenir en el mercado cambiario argentino para detener la nueva esstampida del dólar, comenzada luego del estéril encuentro sin anuncios entre Trump y Milei en la Casa Blanca. En vez del encuentro mano a mano por 45 minutos en el Salón Oval, todo se redujo a quince minutos de almuerzo entre funcionarios de los dos gobiernos y una conferencia de prensa de los dos presidentes en la que Trump volvió a prender fuego los mercados con desaliñadas declaraciones.
El funcionario subrayó la dimensión estratégica de este apoyo, indicando que responde a una postura firme frente a la influencia económica de China en la región. En declaraciones compartidas en su cuenta en X (antes Twitter), Bessent aseguró que Estados Unidos no permitirá que economías controladas por el Estado dicten términos desfavorables. Además, dejó claro que el respaldo financiero estadounidense busca reforzar alianzas estratégicas contra lo que denominó "coerción económica asiática". En línea con esta postura, se reporta que Washington exigió garantías a Argentina para limitar la presencia china en proyectos vinculados a puertos, bases militares y centros de observación.
El Gobierno argentino, por su parte, está evaluando diversas medidas para cumplir con las imposiciones de Trump. Entre estas demandas, se incluye la suspensión de proyectos como la base espacial china en Neuquén y la ampliación del radio telescopio ubicado en San Juan, financiados por Beijing. También se analiza frenar construcciones como las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic en Santa Cruz. Simultáneamente, se exploran alternativas para reactivar proyectos estadounidenses detenidos, como el radar de observación espacial Leolabs en Tierra del Fuego, pensado para usos científicos y tecnológicos vinculados a SpaceX y la NASA.
