Alberto Plaza, director del Museo del Mate, asegura que ese"espacio de encuentro" para los amantes de una bebida que identifica a los argentinos, tiene la misión de preservar, difundir y promover la cultura y la historia de la infusión nacional. Asegura que su propósito es "redescubrir cómo el mate une generaciones y pueblos enteros". Desde los pueblos guaraníes hasta la actualidad, el mate refleja hospitalidad, igualdad y pertenencia. En cada ronda, en cada cebada, está presente la esencia de lo argentino.
El museo, enclavado en pleno corazón de la Ciudad de Buenos Aries, se considera” el kilómetro cero de la Ruta de la Yerba Mate Argentina”, y funciona en un edificio histórico, especialmene elegido por Don Alberto Plaza, un gran conservacionista y precursor del cuidado del acervo cultural yerbatero.
Desde los tiempos anteriores al Virreinato del Río de la Plata hasta la actualidad, existió y existe un tránsito comercial y cultural muy fuerte que transportaba el «oro Verde» —la yerba— desde los antiguos territorios de las Misiones Jesuítico-Guaraníes hasta Buenos Aires por la Ruta de la Yerba Mate. El consumo del mate y el tránsito de la yerba transformaron a este producto en el más preciado y emblemático de los argentinos.
Lo que comenzó como una pasión personal se transformó en una colección de más de 10.000 piezas de todas las épocas, junto con latas de yerba, pavas y otros elementos temáticos.
“El primer museo lo abrimos en Sierra de la Ventana, y hoy sigue funcionando. Pero queríamos mostrarle el mate al mundo, y por eso decidimos abrir uno en Buenos Aires, en un lugar icónico”, explicó Plaza.
El espacio, que fue diseñado junto a historiadores y museólogos, cuenta con piezas destacadas como el Mate de la Patria, realizado en porcelana para el Centenario de 1910, y el Mate Galleta, popularizado en una canción de José Larralde.
Cada objeto cuenta una historia: “Todo mate es importante para una colección. Tenemos desde los más humildes hasta los más artísticos. Incluso hicimos una vitrina llamada El mate nunca muere, donde se exhiben los que estaban rotos o repetidos, porque todos tienen su historia”, concluyó.