
En la madrugada de este martes, Rusia perpetró uno de sus ataques más intensos contra Ucrania, utilizando 32 misiles y cientos de drones. El saldo de esta ofensiva es devastador: al menos 15 personas murieron y otras 75 resultaron heridas, según confirmó Ihor Klymenko, ministro del Interior ucraniano. Este asalto masivo generó una profunda crisis humanitaria y un considerable daño a la infraestructura civil en diversas regiones del país.
La capital, Kiev, fue la ciudad más afectada por la magnitud del ataque. Un misil balístico impactó directamente en un edificio de apartamentos de nueve pisos, causando la muerte de 14 personas y dejando a 60 heridas. La violencia del impacto destruyó gran parte de la estructura, y las operaciones de búsqueda y rescate continúan en el lugar para encontrar posibles víctimas entre los escombros, mientras los equipos de emergencia trabajan sin descanso.
Además de Kiev, la ciudad meridional de Odesa también sufrió las consecuencias del bombardeo, donde una persona perdió la vida y al menos diez resultaron heridas. Se reportaron víctimas adicionales en las regiones de Kiev y Chernihiv, lo que evidencia la amplitud geográfica de la agresión rusa. Las autoridades ucranianas han señalado que la cantidad de proyectiles lanzados y la coordinación de los ataques con drones demuestran una escalada en la ofensiva.
Según Tymur Tkachenko, jefe de la Administración Militar de Kiev, Rusia lanzó un total de 175 drones, más de 14 misiles de crucero y dos misiles balísticos contra la capital, muchos de los cuales impactaron en zonas residenciales. El Ministerio del Interior informó que 27 ubicaciones en Kiev, incluyendo edificios de apartamentos, instituciones educativas e infraestructuras críticas, fueron blanco de los ataques. La situación sigue siendo crítica, con las autoridades centradas en la asistencia a las víctimas y la evaluación de los daños.