
Un religioso que integra la Iglesia 'veterocatólica' y que solía acompañar a la familia de Loan Danilo Peña en marchas y oficios, fue condenado a once años y medio de prisión tras admitir en un juicio abreviado haber violado a una niña de doce años. El fallo recayó sobre Juan Ramón López, quien se encontraba en libertad y fue inmediatamente detenido para comenzar a cumplir su pena.
López, de 47 años, fue hallado culpable del delito de 'abuso sexual con acceso carnal contra una menor de trece años'. El crimen fue agravado por su condición de ministro de culto y por ser el encargado de la educación de la víctima, y se tipificó bajo la modalidad de delito continuado. López se presentaba como líder de la Iglesia San Benito Abad, donde también impartía clases de guitarra en su domicilio.
Según explicó la fiscal de Goya, María Eugenia Ballará, el sacerdote abusó sexualmente de la niña en varias ocasiones en su propia casa, ubicada en el barrio Arco Iris. Los hechos ocurrieron entre los años 2020 y 2021, pero la denuncia fue formalizada por la madre de la víctima hace tan solo algunos meses. La fiscal Ballará afirmó que las pruebas reunidas en el expediente permitieron acreditar al menos dos hechos de abuso cometidos por el religioso en su vivienda.
La solidez de la acusación se fundamentó en pruebas irrefutables. Los resultados de la Cámara Gessel revelaron que la adolescente, quien hoy tiene 16 años, no fabulaba y ofreció un relato coherente y sólido sobre lo vivido en el domicilio del acusado. Además, el testimonio de una prima de la víctima, quien había sido confidente de los ataques sexuales sufridos, reforzó la evidencia contra López.
La madre de la niña, que se enteró de lo sucedido recién en febrero de este año, actuó de inmediato presentando la denuncia. Ella relató que había percibido un cambio en la personalidad de su hija, aunque inicialmente lo atribuyó a la adolescencia. No obstante, un día la niña le pidió no volver a la iglesia de López sin una explicación razonable, lo que finalmente la llevó a indagar y descubrir la verdad.
En la audiencia ante el juez de Garantías Lucio López Lecube, la fiscal Ballará expuso las pruebas que acusaban a López de haber violado en dos oportunidades a la niña. Ante la contundencia de las pruebas, la defensa de López y la fiscalía acordaron la pena de once años y medio de prisión, de cumplimiento efectivo.
El sacerdote optó voluntariamente por no ir a un juicio oral y público, reconociendo los hechos, las circunstancias y las dos agravantes imputadas. La fiscal solicitó su detención inmediata, argumentando vínculos con otros sacerdotes de la misma congregación en Paraguay y Colombia, lo que aumentaba el riesgo de fuga. López Lecube dispuso la prisión preventiva y el sacerdote salió esposado de la sala rumbo a un penal.