Tras conocerse la confirmación de su condena por parte de la Corte Suprema en la Causa Vialidad, la expresidenta Cristina Fernández salió al cruce del fallo judicial. Desde la sede del PJ, la exmandataria calificó la resolución de un "cepo al voto popular", argumentando que busca limitar la capacidad de elección de la ciudadanía y, en última instancia, su proyecto político. Su discurso se centró en la idea de que la decisión judicial forma parte de una estrategia para coartar cualquier alternativa opositora.
Fernández no escatimó en críticas hacia los integrantes del máximo tribunal, a quienes tildó de "monigotes" del poder. En este sentido, insinuó que la Corte Suprema actúa bajo la influencia de intereses económicos y políticos, utilizando la justicia como una herramienta para sus propios fines. Esta descalificación directa a los jueces subraya la profunda desconfianza de la expresidenta en la imparcialidad del sistema judicial argentino en su caso.
La exmandataria vinculó el fallo con la situación económica actual, advirtiendo sobre una "tranquilidad de un dólar pisado y miles de millones de dólares", que, a su entender, "anuncian la crónica de una muerte final". Para Cristina Kirchner, el poder económico busca evitar que la oposición se organice y presente una alternativa cuando el gobierno actual, al que se refirió despectivamente como "este monigote que tenemos de Presidente", finalmente "se caiga".
Así, la condena es interpretada por ella como una maniobra para impedir la reconstrucción de una fuerza política capaz de enfrentar al sistema establecido.