
Rusia y Ucrania acordaron un intercambio de 1000 prisioneros de guerra por cada lado y comenzaron a discutir un posible alto el fuego, así como una reunión entre los presidentes Vladimir Putin y Volodimir Zelenski.
Las delegaciones de ambos países se reunieron en Estambul el viernes para mantener conversaciones de paz directas, las primeras desde 2022. El negociador jefe ruso, Vladimir Medinski, se mostró "satisfecho" con el desarrollo de las negociaciones y expresó su voluntad de continuar con los contactos.
Uno de los puntos clave del acuerdo fue el intercambio a gran escala de prisioneros de guerra, confirmado por ambas partes. Sin embargo, las negociaciones se vieron complicadas por las demandas territoriales de Rusia, que exigía la retirada de las fuerzas ucranianas de "amplias partes del territorio ucraniano" como condición para el cese del fuego.
Ucrania considera estas demandas inaceptables, ya que se refieren a las cuatro regiones ucranianas que Rusia se anexionó ilegalmente: Jersón, Zaporiyia, Donetsk y Lugansk. Medinski declaró que Rusia buscaba discutir las "causas profundas" del conflicto y dar continuidad a las conversaciones de 2022, que no llegaron a buen término.