
En el juicio por la muerte de Diego Maradona, el jefe de los enfermeros que lo atendieron, Mariano Perroni, declaró que el médico Leopoldo Luque y la psiquiatra Agustina Cosachov eran los responsables de las decisiones tomadas durante la internación domiciliaria del exfutbolista.
Perroni afirmó que Luque y Cosachov eran quienes definían la atención médica de Maradona y daban las indicaciones a los enfermeros. Además, negó haber participado en un plan para causarle la muerte a Maradona.
Perroni detalló que el enfermero Ricardo Almirón controlaba los signos vitales de Maradona y los reportaba, y que los médicos consideraban suficiente un solo control diario. Sobre la enfermera Dahiana Gisela Madrid, dijo que no lo controlaba en 12 horas por indicación de no "invadirlo ni molestarlo".
Perroni defendió la asistencia brindada, argumentando que se trataba de cuidados domiciliarios y no de una internación, y que nunca se solicitaron ambulancia ni desfibrilador. Sin embargo, sugirió que Maradona podría haber necesitado una internación o chequeos más profundos.
En otra audiencia, el jefe de cardiología de la Clínica Olivos, Sebastián Nani, declaró que Maradona era un "paciente de riesgo" que requería mayor atención, y señaló a Luque como el principal responsable de su cuidado.