El príncipe Guillermo de Inglaterra y la flamante princesa Catalina se casaron esta tarde en la abadía de Westminster. El arzobispo de Canterbury ofició la ceremonia, en el tradicional templo anglicano, ambientado esta vez con árboles típicos de la campiña inglesa.

Sólo Middleton llevó una alianza; el príncipe decidió no llevarla, a imitación de su abuelo, el actual duque de Edimburgo. Guillermo estuvo ataviado con el uniforme rojo de la Guardia Montada irlandesa, mientras que su nueva esposa vistió un traje de la diseñadora Sarah Burton para la marca de Alexander Mc Queen inspirado en la campiña inglesa, con motivos florales; sus pendientes, regalo de boda de sus padres, están inspirados en las hojas de roble y las bellotas, nuevo escudo de armas de la familia Middleton.

Además, Catalina utilizó una tiara Fabricada por Cartier en 1936 que fue el regalo de Jorge VI (el monarca tartamudo que inspiró el film El discurso del rey) a su mujer (la reina madre), tres semanas antes de ser coronado. La reina madre le regaló la tiara a su hija, la reina Isabel II, cuando ésta cumplió dieciocho años, y ésta se lo prestó a su flamante nieta política para la ceremonia.

Luego del acto religioso, la pareja se dirigió a la fiesta en el palacio de Buckingham, donde se preveía que los consortes saludasen desde un balcón.

La presencia argentina más evidente fue Máxima Zorreguieta, la esposa del príncipe heredero de los Países Bajos, Guillermo Alejandro de Orange-Nassau. También asistieron, entre decenas de figuras de la nobleza europea, la política y la farándula, la pareja Beckham.