Los feriantes ubicaron las lonas sobre las veredas de las calles Leopoldo Marechal y Patricias Argentinas, tal cual se les informó en una reunión que mantuvieron con autoridades del Centro de Gestión y Participación 6.

Roxana Pacheco, de 34 años, explicó que en esa reunión se les dijo que este fin de semana y el próximo podrían "vender sobre lonas en las veredas del parque", pero no armar los puestos. "Solo mantas en el piso", aclaró.

La mujer, que tiene 3 hijos y vende ropa de bebé, manifestó su malestar ante esta situación, al señalar que se sienten "ignorados y basureados". "Este es nuestro trabajo y venimos todos los fines de semana para llevar la comida a nuestros hogares".

Otro grupo de feriantes, que integran la asociación civil Unidos por trabajo digno y son conocidos en el lugar como `los de la lona amarilla´ habitualmente montan sobre una de las veredas del parque sus puestos de hierro y lonas. Sin embargo, Marisa Cáceres, presidente de esa ONG comentó que hoy les comunicaron que no pueden erigir sus puestos, ya que "esta prohibido para los demás puesteros".

"Como respetamos el trabajo de los demás aceptamos y pusimos nuestra mercadería en el piso, de todas maneras no estamos de acuerdo con la medida ya que los productos se estropean y no se exhiben de la misma manera que en un puesto bien armado", señaló.

En cuanto a la decisión del gobierno porteño de enrejar el predio, la representante sostuvo: "Si es para cuidar el parque me parece bien, pero también estaría bueno que si quieren poner el parque más lindo, piensen que estas ferias forman parte de él. Somos parte cultural de la ciudad y también debemos entrar en ese plan de mejoramiento y no que nos echen o nos pongan en el piso".

"Todos tenemos los mismos derechos, todos los trabajadores somos iguales, gente que se gana el pan para llevar a la casa, nada más", aseguró Cáceres.

Incomodidades

Carolina Montenegro, tiene 39 años y tres hijos, hace mas de 4 años que trabaja en el parque vendiendo bijouterie y hoy tuvo que ir a las 7 de la mañana cuando por lo general llega después de las diez.

"Vine más temprano para ocupar mi lugar porque se que ahora todos tenemos que trabajar sobre las veredas del parque", aseguró la mujer que debió achicar su puesto para "hacer lugar para los demás feriantes".

Cerca de las 10 casi la totalidad de las veredas que bordean el parque Centenario ya estaban ocupadas por las lonas de los vendedores con sus productos.

También continuaba, como desde hace una semana, un fuerte operativo montado por la Policía Metropolitana custodiando las chapas provisorias con las que el gobierno de la Ciudad cercó todo el perímetro externo del predio.

Ayer, el juez en lo Contencioso Administrativo y Tributario de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Osvaldo Otheguy, desestimó la medida cautelar solicitada por un grupo de feriantes y vecinos para detener la construcción de un enrejado alrededor del Parque del Centenario y, ante esta medida, el gobierno porteño informó que podrá continuar con el vallado.

Esta mañana, en el interior del predio, "comenzaron nuevamente con las tareas de jardinería. Pero aún no con las obras que corresponden a la colocación de rejas", señaló una agente de la policía Metropolitana.

Entre las rejas podía observarse como personal del gobierno porteño levantaba tierra y se aprestaba a colocar `panes de césped´ en distintos sectores del parque.