La renovación o segundo año de contratos de alquileres en la ciudad de Buenos Aires se pactan con incrementos de precios del orden del 25%, aunque los dueños aspiran a obtener del 30% al 50%. El límite en las negociaciones está impuesto por la dinámica de los salarios de los inquilinos que en la práctica funciona como un techo de cristal.

Así lo detalla un informe publicado hoy por el diario Clarín , en el cual especialistas del sector admiten que en algunos casos se firman contratos a un año y luego las renovaciones (por otro año) se pactan con aumentos del 10 al 13 por ciento. De este modo se trata de eliminar la incertidumbre de largo plazo de la evolución de los precios minoristas.

"Si el inquilino es bueno, los propietarios no quieren perderlo. En las negociaciones, se tiene muy en cuenta el perfil del inquilino, siempre dentro de un parámetro razonable", dice Roberto Arévalo, presidente de la Cámara Inmobiliaria.

Aunque la rentabilidad neta de los alquileres va venido en caída desde el año 2006, aunque los propietarios por estos tiempos priorizan a inquilinos que son buenos pagadores. Los especialistas estiman que la tasa de ganancia en pesos de esta inversión seguirá en caída, dado que luego de la devaluación de enero los valores de los inmuebles subieron pero no así las rentas