La decisión fue tomada por el juez que acaba de asumir el caso, Javier Beltramone. Juan Carlos Curto, el anterior magistrado, se había declarado incompetente. El gasista Carlos García, procesado por la trágica explosión de un edificio en Rosario que dejó un saldo de 21 muertos, fue dejado en libertad por el juez que acaba de asumir el caso, Javier Beltramone.

El juez de instrucción Beltramone tomó a su cargo la investigación de la trágica explosión ocurrida el 6 de agosto pasado, después de declararse incompetente el juez en lo Correccional número 7, Juan Carlos Curto. Beltrame confirmó la decisión de liberar a García, de 62 años y acusado de "estrago culposo agravado" por la explosión en el edificio de Salta 2141, por un escape de gas ocurrido mientras intentaba el cambio de un regulador.

Por Continental, el fiscal Guillermo Camporini confirmó que el juez tomará una "batería de medidas" en torno al caso en las próximas horas, mientras que García afrontará el proceso en su contra en libertad.

Durante su declaración, García aseguró que corrió "desesperado" a buscar ayuda cuando comenzó la fuga de gas, mientras que reveló haber sufrido un ataque de nervios. Además, comentó que intentó "pedir ayuda al 911 y a la guardia de Litoral Gas", pero dijo que nunca le contestaron y que como vio que "tenía que pedir auxilio" agarró la camioneta y fue "lo más apurado a Litoral Gas".

En su declaración, el gasista contó que la administradora del edificio lo convocó "para cambiar un regulador" mientras que señaló que la mujer le dijo previamente "que Litoral Gas había llegado a reparar múltiples fugas que había en el lugar. Yo accedo a tomar el trabajo, el día lunes voy a comprar el regulador y el día martes habíamos programado cortar el gas. El primer procedimiento que hago es cerrar la válvula de entrada y voy hasta el subsuelo, hasta una de las llaves candado para verificar si se había cortado o disminuido la presión", recordó.

"Como eso no sucedió pensé que era la carga que tenía el edificio, o que la válvula no funcionaba. Entonces cerré la llave candado dentro del subsuelo, de uno de los medidores, para que no se acumulara gas en ese recinto, porque consideré que era peligroso". Luego contó que se dirigió "nuevamente a la cabina de entrada para poder aflojar la unión superior que está en el regulador porque en esa sale menos presión" y dijo que cuando fue a tocar la válvula "estaba floja, estaba puesta con la mano".

"La desenrosco a la unión doble e intento hacerle una palanca con el destornillador para hacerle el venteo, cuando estoy haciendo eso, hace una explosión el caño, el regulador y la unión doble se desprende de la cañería, y el impacto del gas me pega en el pecho y me tira para atrás. Con esa misma presión de gas se hizo una nube de tierra que no se veía nada y una sordera por el zumbido. Ahí comprobé que no lo iba a poder detener, salí corriendo para la calle para poder darle aviso a la gente que estaba ahí porque había una fuga muy grande de gas", relató.

"Llegué hasta la esquina e intenté pedir ayuda al 911 y a la guardia de Litoral Gas y nunca me contestaron. Como vi que tenía que pedir auxilio agarré la camioneta y fui lo más apurado a Litoral Gas. Cuando doblo por Balcarce me encuentro con una camioneta S10 de la tercera y le aviso que dé cuenta al 911", dijo. En ese sentido, declaró: "Cuando llego a San Lorenzo y Pte. Roca me encuentro con la guardia de Litoral Gas, es una camioneta y le pido ayuda para que auxilien y ellos se fueron para el lugar.

Yo agarro y doy la vuelta para volver. La dejé estacionada en Oroño antes de Salta porque lo había dejado a mi ayudante para que avisara a la gente que no se acercara al lugar. Me costó unos minutos encontrarlo. Lo encontré en Salta y Oroño, me arrimé al lugar del siniestro y las personas que estaban trabajando me impiden seguir, me desalojaron", narró en su declaración el imputado.

Cuando la brutal explosión ya había acontecido y se vivían momentos de pánico en la ciudad García contó: "Lo busqué a Daniel (su ayudante), yo estaba con una crisis de nervios, me temblaba todo el cuerpo, me parecía que me iba a dar un infarto y lo trasladé a la casa de otro amigo. Me fui a mi casa y estuve desesperado, no le dije nada a mi familia, no sabía qué hacer, estaba desequilibrado".

Luego, el gasista matriculado reveló que al ver su estado de desesperación sus hijas lo socorrieron, lo vio un médico, le dieron unos calmantes y le sugirieron que fuera a entregarse, pero antes de que ello suceda lo detuvieron.  Además señaló que en los momentos previos a la explosión habló con la administradora del edificio y le informaron de una intervención previa de Litoral Gas en el lugar.