Miguel San Martín estudió electrónica y luego hizo una maestría en aeronáutica y astronáutica en el prestigioso Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Es el argentino que estuvo a cargo de la misión a Marte del robot Curiosity, y habló en “Magdalena Tempranísimo”

Miguel San Martín y su equipo crearon un nuevo sistema de navegación que permitió al Curiosity llegue con un autopiloto hasta el lugar preciso donde debió llevar a cabo su labor: el cráter de Gale, uno de los lugares más profundos de Marte

Debido a la distancia entre la Tierra y Marte (570 millones de kilómetros) las comunicaciones tienen un retraso de 14 minutos, por lo que controlar el amartizaje en vivo es imposible. Por eso, San Martín diseñó un software que permite que todo el proceso sea automático

Este lunes, el Curiosity llegó a la parte más externa de la atmósfera de Marte a 20 mil kilómetros por hora, dentro de una cápsula de protección que es la más grande que ha usado la NASA, y frenó con la ayuda de un enorme paracaídas, también de proporciones récord. Diez minutos antes de llegar a la superficie, el rover se desprendió de su cápsula y seguió el resto del camino dentro de una grúa espacial que se encargó de depositarlo, utilizando retropropulsores y un sistema de cables, sobre el planeta rojo.

“Los llamamos los siete minutos de terror: es el tiempo que tardó el descenso. La nave tuvo que accionar 76 dispositivos distintos en ese tiempo para que todo sea un éxito”, explicó San Martín. Se trata de una tecnología nueva. Hasta ahora los rovers descendían con ayuda de bolsas de aire que servían como amortiguadores. Pero debido al peso del Curiosity ese sistema debió descartarse.