Las grasas "trans" son las responsables del colesterol "malo”. Se producen al inyectar hidrógeno a aceites vegetales y son consideradas incluso más perjudiciales que los ácidos grasos saturados. Pese a todo ello la industria alimentaria las utiliza porque mejoran el sabor, textura y aspecto de alimentos. Denunciadas por la medicina desde hace tiempo, en Estados Unidos tienen los días contados. La Agencia Alimentaria de EE UU (FDA) ha anunciado que las grasas artificiales "trans" son una amenaza para la salud pública y prohibirá su uso de manera gradual en un período de tres años. Con ello espera reducir las enfermedades coronarias y la obesidad.

De modo que las grasas "trans" desaparecerán de los alimentos procesados casi en su totalidad. Pese a la medida anunciada, desde 2003 el uso de grasas artificiales se ha reducido hasta casi desaparecer de la industria alimentaria. Según la FDA, entre 2003 y 2012, el uso de grasas "trans" se redujo un 78% en Estados Unidos, uno de los países desarrollados con mayores problemas de obesidad, enfermedades del corazón y diabetes.

"Los estudios muestran que la nutrición juega un papel clave en la prevención de problemas crónicos de salud (...). Las medidas tomadas van de la mano con otras iniciativas de la FDA para mejorar la salud de los estadounidenses", explica Susan Mayne, directora del Centro de Seguridad Alimentaria. La FDA considera que el período de tres años será más que suficiente para que las empresas que usan este tipo de grasas las eliminen, ya que el proceso de su retirada ha sido satisfactorio.