Un adolescente de 16 años que estaba conectado a un corazón artificial fue trasplantado exitosamente y se convirtió en el primer paciente del país en ser sometido a la operación tras permanecer varios meses conectado a ese dispositivo, informaron hoy las autoridades del Hospital Garrahan.

El joven, de nombre Marcos y oriundo del partido bonaerense de Moreno, fue el primer caso de corazón artificial intracardíaco en Latinoamérica, destacaron las autoridades del nosocomio, que pusieron énfasis en el hecho de que el paciente "esperó la operación en su casa". La operación se llevó a cabo el 6 de mayo y duró 13 horas, consignó el Hospital Garrahan en un comunicado, y adelantó que el joven volverá a su domicilio "en los próximos días".

El joven tenía una vida normal hasta hace dos años, cuando se sintió agitado. Marco practicaba kick boxing e iba al arco en todos los picados de su barrio, La Perlita. Pero esa tarde le faltaba el aire y él lo sentía en la boca del estómago. Terminó internado en el hospital de General Rodríguez con un diagnóstico que asustó a su familia. Un explicación simple sería que una bacteria le agrandó el corazón, tanto que terminó en la lista de urgencia del Instituto Nacional Central Unico Coordinador de Ablación e Implante (Incucai), a la espera del trasplante de órgano.

El tiempo le jugaba en contra y para ganarle al reloj en el hospital Garrahan le colocaron un corazón artificial: se convirtió en el primer paciente pediátrico de América latina en tener implantado un dispositivo de ese tipo. Su nombre técnico es “sistema de asistencia ventricular de flujo continúo” y fue fabricado en Estados Unidos. Es un artefacto que funciona como puente hasta el trasplante que reemplace a su corazón enfermo. El dispositivo está dentro del cuerpo. Por fuera, tiene las dos baterías que lleva en una riñonera en la cintura o colgadas como una cartera. Uno de sus principales beneficios es que permite la atención ambulatoria del paciente, que puede transitar la espera del trasplante con mejor calidad de vida.

Fueron catorce horas y media de quirófano y tres días dormido para que su corazón nuevo no se “exaltara”. Cuando Marco despertó, sólo repetía “gracias”. Esta operación es un hito para la ciencia además de confirmar que el sistema de salud estatal es efectivo: la atención, seguimiento y cirugía del caso se hizo en un hospital público. “La complejidad en este caso era retirar el corazón artificial y dejar las partes necesarias para colocar el nuevo órgano”, explicó el cirujano Horacio Vogelfang, que lideró la operación junto a Gerardo Naiman.