"Lo más importante en la leche y sus derivados es la gran cantidad de calcio que tienen. Por ejemplo, para tener la misma cantidad de calcio que un vaso de leche hay que consumir un plato sopero de semillas. El calcio está en muchos alimentos pero la biodisponibilidad, o sea la capacidad que tenemos de sacar el calcio del alimento y sumarlo a nuestro organismo, es ideal con los lácteos", destacó Maria Belén Zanchetta, médica especialista en endocrinología y osteología, coordinadora médica de IDIM.