Especialistas advierten sobre el uso excesivo del celular a lo largo del día sino también durante la noche también. Se lo usa antes de dormir, y luego el aparato descansa en la mesa de luz de forma habitual, advirtió por Continental Arturo Garay, director del Laboratorio de Medicina del Sueño del Instituto Médico Platense. En La Mirada Despierta, alertó que, en su funcionamiento, el teléfono móvil está periódicamente comunicándose con las radiobases, en particular con la más cercana o bien con la que cuenta con una mejor disponibilidad de atención ante un posible requerimiento de llamada.

"Esta comunicación periódica se efectúa en modo de reporte indicando que está activo y además para determinar a qué distancia se encuentran mutuamente el teléfono celular y la radiobase que lo está atendiendo. Esta última información es importante ya que le indica al aparato a qué potencia mínima debe transmitir para poder ser atendido. Es decir, el celular está constantemente radiando a su entorno ondas electromagnéticas y no solo cuando uno está hablando. Colocar el celular a corta distancia mientras dormimos nos expone a una mayor exposición a las ondas electromagnéticas", precisó Garay.

"A ciencia cierta, al día de hoy, no podemos afirmar que las ondas electromagnéticas sean responsables de algún tipo de afección, pero el problema es que tampoco podemos negarlo. Hay ciertos estudios que indicarían alguna relación entre las ondas electromagnéticas y ciertas afecciones y otros tantos trabajos que indican lo contrario", matizó.

Si bien se sigue estudiando si efectivamente puede generar consecuencias el uso de celulares, el alerta se encendió en 2011 cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Internacional de Investigación del Cáncer (IARC) vincularon el uso de los teléfonos móviles con un "posible" riesgo de cáncer cerebral en seres humanos.

Ambas organizaciones anunciaron en Lyon que los campos electromagnéticos generados por las radiofrecuencias de ese tipo de dispositivos se consideran "posiblemente carcinogénicos para los humanos". Luego esta versión fue desmentida. Un análisis, a cargo de investigadores del Instituto de Epidemiología de Copenhague, indicó que los casos de tumores en el sistema nervioso central eran los mismos entre las personas que usaron el teléfono móvil durante un largo período de tiempo –más de 10 años– y las que jamás utilizaron los celulares.

Además, Garay también advirtió sobre la costumbre de dejar el celular cargando bajo la almohada durante la noche, ya que la batería puede sobrecargarse y arder. Según especialistas en neurología cognitiva, dejar el celular en la mesa de luz exacerba la ansiedad de la persona por las novedades de las diferentes aplicaciones, afectando la calidad del sueño y hasta la posibilidad de conciliarlo.