El gobierno porteño, través de Subterráneos de Buenos Aires (Sbase), finalizó el inventario de los coches La Brugeoise, que desde hace casi cien años funcionaban en la línea A, aunque varios quedaron estacionados al aire libre.

La mayoría de los vagones fueron llevados durante la jornada del viernes hasta un predio ubicado en la calle Lavardén al 300, en el barrio porteño de Parque Patricios, luego de comprobarse la existencia de coches “irrecuperables” y que el estado de la flota no superaba la calificación de “regular”.

Una denuncia del sitio especializado www.enelsubte.com detalló que sólo alguna fueron puestos bajo techo y que el resto quedó expuesto a la lluvia, el sol y las altas temperaturas que dañan el interior de las unidades de madera.

Según informó Sbase, que dirige Juan Pablo Piccardo, el Plan de Reconstrucción y Restauración Patrimonail de los coches La Brugeoise, que dispuso por ley el relevamiento de las 104 formaciones, arrojó un resultado “muy preocupante”.

Constatado ante escribano público, técnicos especialistas en material rodante de Sbase y representantes de Metrovías recorrieron los coches, uno por uno, para tomar nota del estado de los componentes de los motores, del equipamiento de tracción y freno, las bacterias, el sistema neumático, la cabina de conducción, sus controladores y armarios de accionamiento y, por último, el estado general del salón.