Un grupo de arqueólogos de la provincia de Henan, en el centro de China, encontró una antigua calzada que servía como paso hacia la Ruta de la Seda con unas inscripciones incompletas que datan de la dinastía Tang (618-907).

Unos 100 metros de la calzada ya han sido desenterrados en la ciudad de Dongguan, a unos 200 metros de donde está ubicada una parte del paso de Hanguguan, construido en el periodo de la dinastía Qin (221 a.C.-206 a.C.) y que en la Han (202 a.C.-220) fue trasladado a su emplazamiento actual.

En aquellos tiempos, el paso tenía importancia militar y económica, ya que unía dos antiguas capitales chinas, Luoyang y Xian, y además fue el lugar donde Laozi (Lao Tsé) completó su libro Tao Te Ching, que dio origen a la religión taoísta.