Siguen los trastornos por el fuerte temporal que dejó dos muertos y unos veinte heridos en Capital Federal y Gran Buenos Aires. La tormenta duró un par de horas y estuvo acompañada por granizo y ráfagas de viento de hasta noventa kilómetros por hora.

En City Bell, murió un remisero de cincuenta y cinco años por la caída de un árbol sobre su auto. En Lanús, una persona de sesenta y cinco años falleció por la caída de un techo.

Los vientos produjeron voladuras de techos y carteles publicitarios en diversos barrios, además de caída de árboles y accidentes de tránsito. Hubo cortes de luz en Quilmes y La Matanza, y en distintas zonas los semáforos quedaron fuera de servicio. Los barrios porteños de Flores y Parque Chacabuco fueron los más castigados por la tormenta.

Por Continental, el encargado del garaje de la calle La Fuente 840 aseguró que “el viento voló seis chapas de dieciocho metros y la pared quedó derrumbada. El viento hizo lo que quiso, mientras la estructura se caía y aplastaba cinco autos”, relató.