Joel Campbell ha sido la estrella juvenil de Costa Rica y una de las grandes promesas del fútbol mundial, a la que no pudo resistirse el cazatalentos Arsene Wenger para reforzar su Arsenal.

En su primera Copa del Mundo, el delantero de 21 años llega el momento de demostrar que puede hacer soñar a Costa Rica con repetir gestas mundialistas como la de 1990.

Por el momento el potente punta, ya curtido en cuatro ligas europeas, prefiere no atraer los focos.

"El grupo es lo importante aquí. La estrella somos todos, el referente es todo el grupo, que sacó la eliminatoria. Yo voy a seguir poniendo mi grano de arena", dijo en una conferencia de prensa en Santos (sur), lugar de concentración del equipo tico.

Campbell es el jugador más joven de la "Sele" pero acumula una larga experiencia en torneos internacionales, donde se le veía como un joven Samuel Eto'o.

Tan solo en el verano de 2011, Costa Rica necesitó de los servicios del polivalente delantero para disputar la Copa de Oro, la Copa América y el Mundial Sub-20.

Por entonces su nombre aparecía en las agendas de los ojeadores mundiales pero, como con tantas promesas, fue el mánager francés Arsene Wenger quien lo convenció primero.

El Arsenal inglés llegó a un acuerdo en agosto de 2011 con el Deportivo Saprissa costarricense y al jugador le firmó un contrato de cinco años.

A Wenger le atrajo su físico privilegiado y su capacidad para jugar tanto en el centro del ataque como en ambas bandas. Para que se fuera adaptando al fútbol europeo lo envió a préstamo un año al Lorient francés.

Acabada esta etapa, el Arsenal lo volvió a ceder al Betis español y al Olympiacos griego. En ambos clubes logró hacerse un sitio pero todavía desconoce los planes de Wenger para la próxima campaña.

"Tengo que volver al Arsenal porque tengo contrato. Pero lo importante ahora es el Mundial. Cuando acabe pensaré en dónde voy a jugar", dijo Campbell en Santos.