El juicio que se sustancia en La Rioja por el secuestro, torturas y asesinato de dos sacerdotes de Chamical, perpetrado el 18 de julio de 1976, pasó a un cuarto intermedio hasta el 3 de septiembre, después de dos audiencias con complicaciones.

El Tribunal Oral Federal de La Rioja, integrado por el juez local José Quiroga Uriburu y los cordobeses Carlos Lascano y Jaime Díaz Gavier, dispuso volver a sesionar el lunes 3 de septiembre y mantuvo para los acusados la prisión preventiva domiciliaria.

La jornada de ayer comenzó demorada, aunque toda la situación de esta semana se centró en determinar el estado de salud del ex general Luciano Benjamín Menéndez luego de su descompensación el jueves. Menéndez fue observado por una junta médica reunida en el hospital Vera Barros, de esta capital, ayer por la mañana, la que no encontró impedimentos para que presenciara las sesiones.

Sin embargo, el ex jefe del Tercer Cuerpo del Ejército fue ubicado en una habitación de otro piso del mismo edificio y presenciaba la sala de audiencias por televisión, desde su silla de ruedas.

Ante estas novedades y otros planteos de las defensas de los tres acusados: Menéndez, el ex vicecomodoro Luis Fernando Estrella y el ex comisario riojano Benito Vera, el Tribunal aún no pudo preguntarles cómo se declaran en relación a los crímenes que se les imputan en este caso, contra los sacerdotes Carlos de Dios Murias y Gabriel Longueville.

Marta Murias, hermana de una de las víctimas, declaró que había llegado a La Rioja "con alegría y regreso con tristeza".

Expresó que al escuchar lo que dice el expediente fue duro para ella: "Fueron torturas muy crueles que se practicaron en mi hermano, esto nos rompió el corazón. La alegría que tengo es que empezó el juicio, y la tristeza que siento es por las vueltas y vueltas que ponen los abogados de los supuestamente enfermos".