Los peritos que trabajan en la causa por la masacre de Merlo, en la que ocho integrantes de una familia murieron en un incendio, confirmaron que dentro de la casa que se quemó hallaron una botella con líquido inflamable que ayudó a propagar el fuego, informaron fuentes de la investigación.
 
Se trata de un envase plástico de gaseosa, de 600 centímetros cúbicos, que los peritos encontraron semiderretido dentro de la escena del crimen, en el barrio El Pericón, del mencionado partido del oeste del conurbano. "Las pericias ya determinaron que en esa botella había un acelerante y, si bien aún las muestras están en laboratorio, lo más probable es que ese acelerante sea nafta", señaló a la agencia Télam uno de los investigadores.
 
La principal hipótesis es que esa botella haya sido arrojada encendida por el ventiluz de la vivienda -la única abertura que tenía la casa-, como una bomba incendiaria.
 
En una de las casas que fueron allanadas en búsqueda del sospechoso, posteriormente detenido, la policía encontró un ciclomotor de donde ahora se cree que Cristian Leonardo "Memo" Ledesma Méndez (30) pudo haber cargado la botella aparentemente utilizada para iniciar el incendio. En tanto, el fiscal de Morón a cargo de la causa, Sergio Dileo, se encontraba este martes abocado a tomar declaración judicial a los principales testigos del caso, ya que en los próximos días pedirá para "Memo" la prisión preventiva. Ledesma Méndez continúa preso en la unidad carcelaria 46 de José León Suárez, en el partido de San Martín, donde es sometido a pericias psiquiátricas y psicológicas para determinar si es o no imputable, ya que estuvo internado en neuropsiquiátricos.
 
El primer psiquiatra policial que lo evaluó el viernes por la noche tras su detención en la casa de su abuela, en Villa Domínico, aconsejó tenerlo medicado debido a que lo vio con algún tipo de desequilibrio, según contaron las fuentes. Al ser indagado el sábado, "Memo" admitió que tenía una "relación conflictiva" con su ex mujer, se negó a declarar sobre si tuvo vinculación con los homicidios y hasta le pidió al fiscal ver a un pastor evangelista.
 
La imputación que pesa sobre el acusado es por los delitos de "homicidio agravado, por haberse cometido con un medio idóneo para causar un peligro común y por resultar la víctima mujer, cometido por violencia de género, y homicidio agravado por el medio idóneo para causar un peligro común reiterado con pluralidad de víctimas, todos ellos en concurso real entre sí".
 
La masacre fue cometida el jueves en una precaria vivienda de siete por cuatro metros ubicada en las calles Iwanowski y Larsen, cuando cerca de la 1 de la mañana la casa comenzó a incendiarse. Allí murieron la exmujer del detenido, María Karina Flamenco (38), su actual pareja, Gastón Olivera (31), y sus seis hijos: Yael (13), Briana (11), Sakira (10), Alejo (6), Nayla (5) e Ian (4), el único del que el detenido era padre. Según el resultado de las autopsias, toda la familia murió por inhalación de monóxido de carbono y los peritajes establecieron que el fuego se inició en una cama cucheta, y como ésta estaba pegada al único ventiluz de la vivienda, sospechan que fue encendida desde afuera con algún artefacto incendiario.
 
"Memo" Ledesma Méndez fue mencionado desde el inicio de la investigación como sospechoso, ya que según declararon familiares y vecinos de las víctimas vivía acosando y amenazando a su ex mujer por haber vuelto a convivir con Olivera. La mujer había denunciado varias veces por maltrato y amenazas al ahora detenido -la última vez el 7 de marzo en la comisaría de la localidad de Parque San Martín-, y le temía tanto que había tapado con cemento las aberturas y cerraba su casa con candado.