El Ministerio de Trabajo dictó la "conciliación obligatoria" en la línea Sarmiento de trenes ante el paro dispuesto por los trabajadores de la agrupación Bordó por la detención de su líder, el delegado Rubén Sobrero.

La medida de la cartera que conduce Carlos Tomada se extiende por cinco días hábiles.

Por la quema de vagones del ferrocarril Sarmiento el 2 de mayo último, se detuvo a al menos siete sindicalistas de la Unión Ferroviaria, entre ellos Rubén “Pollo” Sobrero, delegado, y Leonardo Portorreal, jefe de Prensa.

Se lo acusa de tener participación en los sabotajes que tuvieron lugar en las estaciones de Ciudadela, Ramos Mejía y Haedo. Según se difundió, habría escuchas telefónicas que confirman charlas entre Sobrero y Portorreal sobre "enviar gente" para llevar a cabo los actos de sabotaje.

El juez de la causa, Juan Manuel Yalje, informó que las indagatorias comenzarán el lunes próximo. “En principio, los delitos que se les imputan es estrago doloso y asociación ilícita. El organizador de esa asociación ilícita sería Sobrero”, precisó el magistrado.

Trabajadores de la estación Once cerraron sus ventanillas en señal de protesta, y el servicio fue llevado adelante por medio de personal jerárquico, pero la Unión Ferroviaria salió a aclarar que no está analizando una huelga nacional del gremio por las detenciones.

Sin embargo, los delegados de la línea Sarmiento votaron pasadas antes del mediodía una medida de fuerza en señal de protesta “hasta que queden liberados” sus compañeros. Aducen que los pedidos de detención se enmarcan en la "judicialización de la protesta" de los trabajadores del Sarmiento, y recordó que Sobrero "siempre se opuso al liderazgo de José Pedraza" en la Unión Ferroviaria (UF).

Además, denunciaron “violencia” en la detención de Sobrero, al que “se lo llevaron como si fuera un delincuente”, y que “lo golpearon a él y a su hija”.

El servicio está funcionando con demoras de entre 20 y 25 minutos, con fuerte custodia policial.