El defensor Marcelo Riguera realizó ese pedido al cabo de su alegato ante el Tribunal Oral Criminal 1 de San Isidro, durante el cual aseguró que Hurtig fue "el combustible de la investigación" y "colaboró permanentemente con la Justicia".

"Hubo una sola y única persona, mi defendido Juan Hurtig, que montado en sus dudas torció el rumbo de los hechos", dijo el letrado al iniciar su alegato, en el que aseguró que Hurtig es "inocente".

"Con su acción explícita y no oculta, buscaba respuestas a su duda de que no había sido un accidente", dijo el defensor al referirse a la muerte de María Marta García Belsunce, ocurrida el 27 de octubre del 2002 en el country Carmel de Pilar.

Riguera afirmó que "Juan Hurtig, con sus dudas, fue el combustible de la investigación con una serie de actos que culminan con la presencia del fiscal (de Pilar, Diego) Molina Pico en el velatorio".

El letrado resaltó que la insistencia de Hurtig a su hermano mayor, Horacio García Belsunce, también imputado en este causa, fue la que motivó que tras una serie de llamados llegara el fiscal y la policía a la casa donde había sucedido el episodio.

"Juan Hurtig logró que Molina Pico caratulara la causa como María Marta García Belsunce sobre averiguación de las causas de su muerte", expresó Riguera ante los jueces.

"Un encubridor no transmite sus dudas para que se inicie una investigación en la que termina imputado", destacó.

Sobre el hallazgo de la famosa "bala-pituto" y el hecho de que su cliente fue quien la tiró al inodoro, el defensor afirmó que Hurtig nunca supo que era una bala.

Explicó que el episodio del pituto ocurrió ni bien llegó a la casa del Carmel, cuando se pensaba que María Marta había sufrido un accidente y, sobre todo, cuando su cliente "todavía no dudaba".

"Si él hubiera sabido lo que era y es un encubridor, no le hubiera dicho nada a nadie, se lo guarda en el bolsillo y se acabó", aseguró el abogado al argumentar la inocencia de su cliente.

Riguera destacó además que fue el propio Hurtig quien encontró el elemento por el que después fue imputado.

"Juan habló de nueve horas metido en el barro y el excremento. Quizás exageró. Si fueron nueve, siete, cinco horas o un minuto como dijo un testigo, lo esencial no es el tiempo, sino que lo encontró. Si él hubiera sido un encubridor, se lo traga, lo esconde", expresó.

"Juan no puede ser más que absuelto. Nunca quiso ocultar nada. Colaboró en la investigación que se inició con sus tontas dudas", destacó el defensor instantes antes de pedir la absolución de Hurtig o, en caso de que haya condena, que se le aplique la pena mínima y que no vaya detenido hasta que el fallo quede firme.

Por último, Riguera mencionó como atenuantes que Hurtig "es un excelente padre de familia, no tiene antecedentes y colaboró permanentemente con la Justicia".