Cuatro delincuentes armados asaltaron un tradicional restaurante de Rosario y, para presionar a los comensales para que entregaran todas sus pertenencias, amenazaron a un bebé, al que levantaron de su cochecito, y apuntaron a dos niños con discapacidad.

A pesar de la agresividad que demostraron los asaltantes ninguna persona resultó herida.

El hecho ocurrió alrededor de las 23 de ayer en el tradicional restaurante Capri, situado en Rodríguez 1009 de Rosario, que funciona desde hace más de 50 años.
 
En ese momento en el lugar había 22 personas que estaban cenando y un grupo de empleados.

El restaurante trabaja a puertas cerradas porque ha sido asaltado en reiteradas oportunidades, ya que se trata de una zona insegura del macrocentro de la ciudad, pero los delincuentes aprovecharon que una clienta había salido a fumar y la tomaron como rehén para ingresar.

Mientras uno de los asaltantes permanecía en la puerta, otro se dirigió a la caja para apoderarse de la recaudación del día y evitar que la empleada que estaba en ese sector activara la alarma, informaron fuentes policiales.

En tanto, los dos restantes se dedicaron a apoderarse de billeteras, alhajas, bolsos y relojes de los comensales.

El momento de mayor tensión se vivió cuando uno de los ladrones levantó a un bebé de un cochecito y, en tono amenazante, exigió a las personas que entregaran todo lo que tenían.

Esa circunstancia fue aprovechada por uno de los mozos para activar el botón de pánico. Esta situación alteró a los delincuentes, quienes con sus armas apuntaron a dos niños con síndrome de Down para dominar la situación. Los testigos dijeron que todo sucedió en unos ocho o 10 minutos y que los delincuentes huyeron del lugar sin lastimar a ninguna persona.

Personal de la comisaría 6ta. investigaba el hecho, con la intervención de la Unidad Fiscal de Flagrancias de los Tribunales provinciales de esta ciudad.