El teléfono es la segunda versión del Yotaphone. Está diseñado por una empresa rusa (Rostec) y tiene, en un mar de dispositivos que se parecen cada vez más, un distintivo notable: una pantalla secundaria de tinta electrónica (el mismo tipo de pantalla que usa el Kindle, por ejemplo).

Y lo presentaron formalmente hoy en Londres. El primer Yotaphone fue anunciado en 2012 y salió a la venta un año después, poco antes de que -a principios de este año- se anunciara la segunda versión, de la que hoy se conocieron, finalmente, las prestaciones y el precio.

Como smartphone no tiene, a primera vista, nada fuera de lo convencional: pantalla Full HD de 5 pulgadas, 2 GB de RAM, chip Qualcomm Snapdragon 800, 32 GB de almacenamiento interno, cámara principal de 8 megapixeles (y otra al frente de 2 megapixeles), batería de 2550 mAh. Dimensiones: 144 x 69,5 x 8,9 mm.

En el dorso del equipo está la pantalla secundaria de tinta electrónica, sensible al tacto, de 4,7 pulgadas y resolución de 960 x 540 pixeles. Al usar tinta electrónica, consume energía sólo cuando cambia de estado -cuando se actualiza lo que muestra- por lo que permite disponer información que se ve en forma permanente (la hora, el estado del tiempo, un aviso de llamadas perdidas) con un impacto mínimo en la batería.

Rostec modificó el Android 4.4 que tiene el equipo lo suficiente como para permitir compartir contenido con esa pantalla secundaria, que también es sensible al tacto, e interactuar con ella. Es posible, por ejemplo, tipear un mensaje en esta pantalla de tinta electrónica o directamente trasladar toda la interfaz de Android a esa segunda pantalla.

La buena noticia, así, es que es posible usar la pantalla de tinta electrónica con cualquier aplicación, y no sólo con las que estén preparadas especialmente para este equipo.

Obviamente las aplicaciones que más se benefician son las que tienen mucho texto o contenido que está estático la mayor parte del tiempo; no sirve para videos o juegos con movimiento. Pero para leer un libro, un mail o el texto de una nota o un blog; para mirar un diagrama, un mapa o una receta; para darle una mirada a nuestra línea de tiempo de una red social o para evitar tener que prender la pantalla principal (el elemento que más gasta batería en un dispositivo portátil) es una alternativa muy interesante. La tinta electrónica es 7 veces más eficiente que el AMOLED de la pantalla frontal, lo que mejora la autonomía del equipo.

La pantalla de tinta electrónica es lenta, pero es lo suficientemente veloz como para permitir una interacción completa, para tipear un mensaje en una aplicación de chat o responder un mail.

La compañía lo venderá a 700 euros (sin línea) en Europa; en agosto la compañía anunció que planeaba venderlo en la Argentina a fin de año, pero su llegada a la región parece haber sido postergada hasta, al menos, el primer trimestre de 2015; la particular situación de las compañías instaladas en Tierra del Fuego no acelerará el proceso.

En el sitio ruso Mobile Review estuvieron probando el equipo; aun para quienes no entienden el inglés queda muy claro en las imágenes qué se puede hacer -y qué no- con este dispositivo.

Otras compañías, como Alcatel o Inkcase, han apostado por una funda con tapa para cualquier teléfono, en la que la tapa tiene la pantalla de tinta electrónica, lo que le da más flexibilidad -aunque menos integración- al diseño.