Los documentos filtrados desde 2013 por el ex técnico de inteligencia estadounidense Edward Snowden, que revelaron la magnitud y los mecanismos de espionaje de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de ese país, fueron el puntapié inicial de una serie de iniciativas para cifrar correos electrónicos, mensajes y llamadas telefónicas, y proteger los datos personales que muchas empresas almacenan en sus servidores con fines publicitarios.
  
El servicio de correo ProtonMail, que promete el cifrado "de punta a punta", es uno de los tantos ejemplos surgidos durante el año.
  
Su sede está en Suiza, "fuera de las jurisdicciones de Estados Unidos y la Unión Europea", según promocionan sus creadores, todos científicos pertenecientes al CERN, el mismo centro de investigación en el que Tim Berners-Lee desarrolló las bases de la web hace 25 años.
  
Entre las otras iniciativas surgidas durante 2014 figuran "Blackphone", un teléfono móvil creado para ofrecer protección de datos a sus clientes; Qlink.it, el servicio para encriptar mensajes desarrollado por un investigador argentino; y el lanzamiento de una nueva versión del navegador Firefox, con características que buscan minimizar el rastreo de información personal.
  
Incluso Google aseguró haber comenzado a cifrar las búsquedas que realizan sus usuarios así como los correos enviados desde Gmail; Yahoo! hizo lo propio con sus productos y WhatsApp se valió de una herramienta de código abierto para intentar asegurar la privacidad de sus clientes.
  
Sin embargo, las medidas no lograron zanjar el debate debido a que los gigantes tecnológicos reconocieron que escanean los mensajes y la actividad de sus usuarios para enviar publicidad dirigida.
  
En este sentido, las últimas modificaciones que realizó Facebook en sus términos y condiciones de uso permiten a los anunciantes utilizar los datos generados por los usuarios de la red social.
  
El caso del ciudadano estadounidense que fue detenido en Houston por poseer material pedófilo en su cuenta de Gmail, a partir de una denuncia de Google, reavivó el debate sobre la privacidad y el poder de vigilancia que tienen las compañías proveedoras de servicios.
  
"Lo que mostraron las revelaciones del año pasado era evidencia irrefutable de que las comunicaciones no encriptadas en Internet ya no son seguras. Cualquier comunicación debe estar encriptada desde el vamos", afirmó Snowden a mediados de año, desde su exilio en Rusia.
  
Las denuncias por espionaje no se restringen a una acción impartida únicamente por el gobierno de Estados Unidos.
  
El equivalente británico de la NSA, el GCHQ, también fue blanco de críticas en 2014 después de que siete proveedoras de Internet de distintas partes del mundo lo denunciaran por introducir "software malicioso" para meterse a espiar en sus redes.
  
Incluso la relación entre Estados Unidos y China se vio afectada por las acusaciones cruzadas sobre espionaje. Según el país asiático, EEUU ejerce una vigilancia "inescrupulosa" aprovechándose de su poderío político, económico y tecnológico, mientras que los estadounidenses acusan a militares chinos de realizar ciberespionaje a sus empresas.