En el marco del proyecto oficial para establecer como feriado nacional el 20 de noviembre, en conmemoración de la batalla de Vuelta de Obligado, el historiador Pacho O’Donnell consideró la iniciativa como “una justicia tardía, pero justicia al fin”.

“Es la epopeya más escondida, más oculta, más silenciada de la historia oficial. Se trató, nada menos, que de la Argentina que en 1845 obligó a capitular a las dos potencias más grandes del mundo en ese momento, Inglaterra y Francia. Fue una defensa heroica”, resaltó en La Vuelta.

“San Martín decía que tenía un valor igual a las luchas de la Independencia. Estos muchachos (europeos) de los Imperios venían a ocupar, a fundar un nuevo país que se iba a llamar República de la Mesopotamia –lo que es hoy Corrientes, Entre Ríos, Misiones- para hacer del Paraná un río internacional, que pudiera ser navegable por todos los países”, señaló.

El próximo 20 de noviembre se colocará un monumento en ese lugar, cerca de San Pedro (provincia de Buenos Aires).

“¿Por qué es un hecho tan oculto? Porque los que escribieron la historia, que es la oligarquía porteña, los unitarios, estuvieron a favor de la invasión extranjera y varios de ellos estuvieron en esos grandes barcos”, adujo O’Donnell.

Asimismo, recordó que, para la historiografía liberal, “todo lo que tiene que ver con (el dictador Juan Manuel de) Rosas es rechazable oficialmente”.

“La armadas que invadieron venían de ocupar China. Lo hacían por un invento primordial que fue el barco a vapor, que podía también navegar por los ríos interiores. La idea de la conquista era llegar a Paraguay y al sur de Brasil; fue una operación comercial”, precisó el historiador.

En ese sentido, O’Donnell destacó el papel de Rosas en la rendición de los extranjeros. “Fue una negociación muy vigorosa; así se rindieron. Tanto la escuadra inglesa como la francesa cumplieron con la orden de Rosas de dar 21 cañonazos de homenaje a la bandera argentina”.