La multitud que se dio cita desde las 21 de anoche en la Plaza de Mayo, para realizar la vigilia en espera de la ceremonia de asunción del papa Francisco, comenzó a desconcentrarse lentamente esta mañana una vez que se apagaron las imágenes que, desde el Vaticano y en pantalla gigante, retransmitían en directo el acto.

“Como católicos, vivimos esto con mucho emoción. Es maravilloso que Francisco sea argentino, pero implica también un compromiso para todos”, aseguró Mercedes Rivarola, una católica “de misa diaria”.

Las calles linderas a la Catedral Metropolitana (las tres primeras cuadras de Rivadavia; Avenida de Mayo, Diagonal Norte, Diagonal Sur y Bolívar al 500) permanecerán parcialmente cerradas al tránsito hasta el mediodía, según informaron efectivos la Policía Metropolitana.

En tanto, trabajadores de la empresa de recolección de basura trabajaban afanosamente para limpiar toda el área, regada de vasos plásticos, banderas y restos de comida.

Por Continental, la vicejefa de Gobierno porteño, María Eugenia Vidal, manifestó su emoción por la asunción del papa Francisco y abogó para “que el clima de esperanza de estos días no se agote con la ceremonia.Vi mucha emoción entre la gente, que abarca no sólo a los católicos, sino también a las comunidades judía, budista y evangélica", destacó en La Mañana.