La abogada Andrea Kaprielan consiguió hace tres años el permiso judicial para que una de sus hermanas donara un riñón a su marido. Justo antes del trasplante, apareció un donante cadavérico y no hizo falta poner en práctica esa primera sentencia. Es porque la ley impide la donación entre personas vivas que no sean familiares directos.

Ahora, Kaprielan es la patrocinante legal de una donación similar de Sandra Mihanovich a una de sus sobrinas. El juez que autorizó la operación destacó “el motivo altruista” de la cantante, señaló por Continental Kaprielan. Las dos se reponían anoche en un centro privado de esta Ciudad.

Lo que sucedió ayer es la consecuencia de un camino judicial que se inició bastante antes. Como la ley de Trasplantes prohíbe la donación de órganos o tejidos entre personas que no tienen un vínculo familiar directo, Mihanovich tuvo que iniciar un juicio sumarísimo para que autorizara su entrega. Los reparos legales intentan prevenir la posible venta de órganos entre desconocidos, que está prohibida y penada por la legislación.

La sentencia firmada el 30 de julio pasado por el juez federal subrogante a cargo del juzgado Civil y Comercial Federal 5, Alejandro Jorge Nobili, según la cual “se acredita la relación de profunda amistad y familiaridad entre la donante y la receptora y su familia”, pues “queda comprobado que la señora Mihanovich es la madrina de bautismo de la receptora”.

 “Como ella, son muchas las personas que realizarían este tipo de actos altruistas , pero que no saben que pueden hacerlo”, dijo a “Magdalena Tempranísimo. Ese lazo, las declaraciones de los testigos y las de personas directamente involucradas dejan luz sobre el motivo altruista del acto, la solidaridad en que se funda y su gratuidad ”, destaca el fallo que dio luz verde a la donación.

Antes de firmar la autorización para la cirugía y la notificación para que el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (Incucai) incorpore a la receptora en la lista de espera de trasplantes renales, el juez Nobili admitió que el celo por evitar favores o pagos indebidos que enturbien el acto de la donación de órganos causó una postura legislativa y doctrinaria “claramente restrictiva” para considerar excepciones que permitan mejorar la calidad de vida de muchos enfermos.

En el expediente intervinieron peritos médicos y psiquiátricos y una asistente social, que acreditaron que Mihanovich era una paciente apta como donante, que el transplante razonablemente no le causará un grave perjuicio a su salud y que existen perspectivas de éxito para conservar la vida y mejorar la salud de la receptora.

Este último punto es clave: los pacientes con insuficiencia renal aguda deben someterse a tratamientos con diálisis varias veces por semana, y con el paso del tiempo, su estado general de salud puede deteriorarse . En Argentina, casi 27 mil personas mantienen tratamientos con diálisis.