París inauguró su ya tradicional playa estival a lo largo de los muelles del río Sena con un kilómetro de largo, que se extiende desde el museo del Louvre hasta el pintoresco Canal Saint-Martin.

Más de 6.000 toneladas de arena transportadas en barco amenizarán el verano de los parisienses y turistas que se acerquen a tomar el sol frente al río, a pesar de que la semana amaneció lluviosa en la ciudad, sin perspectivas de que arrecie en los próximos días.

La iniciativa, llevada a cabo por primera vez en 2002, pretende facilitar el acceso al ocio gratuito a los millones de habitantes de la región parisina que este año no se irán de vacaciones por la crisis económica. Hasta un 45 por ciento de franceses renunciará este año a viajar en sus días de asueto, puntualizó el responsable municipal del evento, Stéphane Chave, quien indicó que la playa "responde realmente a esa demanda tan particular".

La idea, bautizada como "Paris Plage" (París Playa), ha sido imitada por varias ciudades, como Roma, Nueva York y Tokio, aseguró Chave, quien entiende que este hecho demuestra que "se ha cubierto una necesidad" y que no se trata de una "moda pasajera".

Hasta el próximo 21 de agosto, los viandantes podrán disfrutar de las sombrillas y tumbonas dispuestas a orillas del río, junto a múltiples distracciones, como chiringuitos, conciertos al aire libre, clases para aprender deportes náuticos como el surf o alquiler de patinetes acuáticos para remontar el Sena.
Redes de voley playa, guarderías sobre la arena y una piscina con olas artificiales son otras de las propuestas con las que el consistorio parisino agasajará a los visitantes, el 95 por ciento de los cuales son franceses, según cifras del Ayuntamiento.