Después de 115 años, las campanas del antiguo reloj electromecánico de la iglesia del Salvador dejaron de sonar porque un vecino presentó una queja por ruidos molestos.

Frente a esto, las autoridades del templo decidieron silenciarlas hasta que se pueda llegar a un acuerdo que se encamina a lograr que las campanas ya no suenen de noche.

Alberto Selvaggi, uno de los pocos relojeros que conocen los antiguos sistemas en la Ciudad y que tiene a su cargo, además del antiguo aparato de la iglesia, el histórico que funciona en la Legislatura porteña, señaló que esa máquina es una de las pocas que quedan en la Ciudad de ese tipo, y está en funcionamiento desde fines del siglo XIX.

Además destacó que es tan valiosa y tradicional como la iglesia y el colegio del Salvador, que fue construido por los jesuitas y que desde 1868 viene formando generaciones de estudiantes. Aclaró que es de origen francés y fue fabricado por los hermanos Prost, pesan 80 kilos y fueron hechas en una fundición que estaba sobre la avenida Corrientes.