El informe realizado en perspectiva comparada con otros cinco países de Latinoamérica (México, Perú, Brasil, El Salvador, Chile), revela que en Argentina aunque el hacinamiento, la provisión de bienes básicos (agua, comida, ropa, medicamentos) y los programas de educación y trabajo no están en situación crítica como en otros países de la región las condiciones carcelarias son deficientes y el desafío es evitar un mayor deterioro.

Según datos del informe, en las cárceles argentinas, al igual que en el resto de los países latinoamericanos, la mayoría de la población son hombres y el 50% tiene menos de 33 años. El 73,7% de los varones proviene de un entorno donde hay antecedentes delictivos y el 30% de los presos se encontraba desocupado durante el último mes antes de ser detenido.