Desde que arrancó el año, los combustibles acumulan un aumento del 44%, el boleto de loscolectivos que circulan por el área metropolitana se duplicó (pasó de valer $1,50 el 31 de diciembre de 2013 a $3 en junio), el pasaje del subte escaló a $4,50 con SUBE, los vuelos de cabotaje se encarecieron en torno a un 25% y los del exterior un 27,1% con la fuerte devaluación que convalidó el Gobierno a mediados de enero.

La fuerte suba de precios se trasladó también a las cabinas de peajes de la Ciudad y la Provincia (se incrementaron hasta un 43% sólo este año), a los taxis porteños y a los estacionamientos.

A la par, cayó la actividad económica y la economía entró en recesión. La pérdida de la rentabilidad afectó en especial al sector automotriz donde se produjo la mayoría de los despedidos y unos 12 mil operarios se vieron obligados a reducir sus horas de trabajo, y sueldo, por las suspensiones en las terminales y autopartistas. Todo en medio de un incesante crecimiento de la inflación, que no cesa, pese al plan "Precios Cuidados" y los reclamos del Gobierno a los empresarios.

Este cóctel explosivo ya absorbió gran parte de la mejora salarial lograda este año en las paritarias y, como era de preverse, también ya se siente en el uso del transporte, además de repercutir en las ventas minoristas y en los gastos de ocio. Según los últimos datos del Indec, La demanda de los colectivos que trasladan pasajeros entre la Capital Federal y el Gran Buenos Aires cayó un 5,6 por ciento.

En algunos tramos, la contracción fue del 3%, en el caso de la Capital, pero en otros se desplomó un 26%, como ocurrió en las líneas denominadas suburbanas grupo II (incluye a las que efectúan recorridos de media distancia), publica el diario La Nación.

Cabe recordar que julio es el mes de las vacaciones de invierno, donde es frecuente una baja en el uso de los transportes públicos a causa del factor estacional, pero las cifras de este año fueron comparadas con los datos del mismo mes de 2013.

"En julio fueron las vacaciones de invierno. Con una economía en recesión, los gastos de paseo se ajustan más. Hay 400.000 puestos menos de trabajo, que viajaban todos los días y ya no lo hacen. Y en ese mes algunos sectores que todavía sostenían algún crecimiento, como los bancos, comenzaron a caer", evaluó Fausto Spotorno, economista de la consultora Orlando J. Ferreres.

En cuanto a los subtes, perdió un 12,4% de boletos respecto de los vendidos en julio del año pasado. El fenómeno fue general, pero afectó especialmente a las líneas B y D. Un informe del Laboratorio de Políticas Públicas elaborado por Rafael Gentili y Hernán González Badián indica que "desde que la Ciudad se hizo cargo del subte, la tarifa aumentó un 309%. Esto tuvo un fuerte impacto negativo en la cantidad de viajes: en 2013 la cantidad de pasajeros pagos transportados exhibió un descenso en torno al 16% respecto de 2011".

Como contrapunto, mientras la suba de los pasajes en esos dos transportes se disparó y expulsó usuarios, muchos se refugiaron sin otra alternativa en los trenes, cuyo gasto para el bolsillo de los trabajadores es significativamente menor.

Así, en julio de este año subió, en promedio entre todas las líneas, un 13 por ciento. Pero hubo casos como el del ferrocarril Urquiza donde su uso se derrumbó un 37,6 por ciento.

También se vieron menos automovilistas en las autopistas que conectan la Capital con Provincia. Las barreras de acceso a la ciudad de Buenos Aires se abrieron 1,2% menos, consignó el matutino. Y añadió que la merma fue en todos los tipos de vehículos: autos, colectivos y camiones.

Pero la baja no se limita al transporte terrestre. La recesión dejó su huella en la vía marítima, de acuerdo a los números del Indec. El último informe del organismo oficial advirtió que "el transporte de carga en el servicio de aeronavegación comercial presenta una baja de 26,6%, mostrando una disminución de 12,8% en el servicio de cabotaje y una baja de 27,1% en el servicio internacional". La carga transportada por ferrocarril, agregó, disminuyó 14,4 por ciento.