Paul Kelley es investigador clínico del Instituto de Neurociencias de la Universidad de Oxford y uno de los mayores expertos en sueño de Reino Unido. 'Deja que los adolescentes duerman, empieza la escuela más tarde' es el título de uno de sus artículos más comentados y donde refleja una investigación de 30 años en materia de medicina del sueño y neurociencia circadiana, aplicada al mundo laboral y académico.

Kelley se ha mostrado contundente: empezar la jornada laboral y/o escolar antes de las 10 de la mañana es una 'tortura' para las personas menores de 55 años. "Obligar a los empleados a trabajar de 9 a 17 horas deja sus cuerpos exhaustos y con un alto nivel de estrés, derivado de la privación del sueño", asegura. Y es que, en su estudio, el experto explica que, a partir de los 55 años, el cuerpo empieza a necesitar menos horas de sueño.

Esto tiene relación, además, con los ritmos circadianos de 24 horas (lo que viene a ser el 'reloj' biológico que regula las funciones fisiológicas de nuestro organismo). "El cuerpo va en sintonía con el sol, algo de lo que no somos conscientes, porque la información va directa al hipotálamo sin que nos enteremos". En este sentido, kelley es partidario de una reforma en el sistema de horarios de las empresas. Según su trabajo, los trabajadores deberían entrar a la oficina a partir de las 10 de la mañana, no antes, ya que de lo contrario llegarían con sueño y eso podría afectar a la productividad y a los sistemas emocionales y físicos del individuo.

Para Kelley, los niños de 10 años deberían comenzar la escuela a las 08:30 horas, mientras que los de 16, a las 10:00 a.m. Ya en la etapa universitaria, la hora óptima para comenzar las clases serían las 11:00 de la mañana. "Somos una sociedad, generalmente, privada de sueño, pero el grupo de 14 a 24 años está más privado que cualquier otro sector de la sociedad. Esto supone graves amenazas para la salud, el rendimiento del estado de ánimo y la salud mental".