Terminado el desalojo del asentamiento Papa Francisco de Lugano, las topadoras derribaron las casillas de las 300 familias que vivían allí y cuando finalizaron hubo incidentes entre algunas de ellas, que reclamaban un lugar donde pasar la noche, y la policía. Se registraron corridas y hasta algunos disparos de balas de goma.

El operativo de desalojo se desarrolló con normalidad desde primera mañana y terminó minutos antes de las 17. Pero luego llegaron las corridas y los disparos de balas de goma.

Antes de ser tomado, el predio funcionó por varias décadas como un depósito de automóviles judicializados de la Policía Federal. Afectaba a los vecinos de la villa 20, que sufren hace años la contaminación y enfermedades por las condiciones del terreno. Fueron muchos vehículos depósitados allí durante un largo tiempo, entonces la corrosión, el ácido de las baterías, la pintura y otros elementos empezaron a contaminar el predio. La gente de los asentamientos manifestó tener enfermedades eruptivas en la piel y problemas respiratorios, entre otras afecciones.

Desde la Ciudad adelantaron que van a encarar tareas de saneamiento para llevar adelante el proyecto de viviendas sociales para habitantes de la villa 20.