El hallazgo fue anunciado por científicos del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional de San Juan, quienes destacaron la importancia del sitio, al que bautizaron como "un segundo Valle de la Luna".

El nuevo yacimiento fue encontrado en una zona investigada desde hace 13 años, cerca de la localidad de Marayes, 150 kilómetros al este de la ciudad de San Juan. El lugar cobró relevancia cuando en 2012 se descubrieron restos de animales y se potenció cuando hace cuatro meses se hallaron 12 especies nuevas en una pequeña porción de tierra.

“Es un yacimiento nuevo; es una etapa evolutiva que no está bien representada en otros lados. Encontramos dos especies nuevas para la ciencia, son de la etapa donde los dinosaurios no eran mayoría ni dominantes”, explicó En Radio Continental Ricardo Martínez, jefe de paleontología del Instituto y Museo de Ciencias Naturales de San Juan. 

Según informó Télam, el director del Museo e Instituto de Ciencias Naturales de la UNSJ, Oscar Alcober, y el experto en peleontología Ricardo Martínez coincidieron en señalar que el descubrimiento implica "la posibilidad de conocer qué pasó en el mundo en la prehistoria", ya que "son los antepasados de los dinosaurios, que vivieron cuando todavía América no se había separado de África y toda la tierra era un solo continente".

En la zona todavía queda mucho por hacer. "Se trata de la punta del iceberg, porque sólo hemos visto el 3% del potencial de Marayes", aclaró Martínez.

Dado que todos los restos fósiles fueron encontrados en un radio de 80 metros cuadrados, son pequeños y presentan marcas mordidas, los científicos estimaron que se trata de un cementerio de animales. La investigadora Carina Colombi especuló que los "restos fueron acumulados por predadores, que posiblemente tenían un tamaño semejante al de una hiena y cazaban a estas pequeñas especies y las llevaran a un sitio común para alimentarse".

"Es un descubrimiento de un nivel exquisito, con más de cien individuos, todos ellos de tamaño menor de cinco centímetros, incluidas pequeñas mandíbulas con sus dientes", explicó. "Este nivel se formó hace 230 millones de años, durante el Triásico Superior y, junto con los yacimientos preservados en la cuenca de Ischigualasto, conforma uno de los mejores registros de la paleofauna triásica del mundo", agregó.