Los prolongados viajes en el espacio exterior están limitados por las capacidades físicas de los astronautas, pero las lombrices podrían dar una idea necesaria sobre la forma en que el cuerpo humano se comporta en microgravedad. En la microgravedad de los vuelos espaciales, los astronautas no usan los músculos para resistir la atracción de una masa planetaria y, sin ejercicios adicionales, pierden hueso y músculo. Además, se ha demostrado que otras partes del cuerpo cambian en el espacio, como la curvatura de la columna vertebral, la cantidad de sangre en el cuerpo y la vista, informa la NASA.

Por este motivo, miembros de la tripulación de la Estación Espacial Internacional cultivarán varias generaciones de las lombrices Caenorhabditis elegans, que comparten una cantidad considerable de material genético con los humanos, para determinar la forma en que los ambientes de baja gravedad afectan a los astronautas.

La comprensión de los cambios moleculares que potencialmente tienen lugar en microgravedad también podría ayudar a los investigadores a desarrollar tratamientos y terapias para contrarrestar los cambios físicos asociados con el envejecimiento y reposo en cama prolongado. La lombriz puede ser sorprendentemente importante para la población de edad avanzada y los enfermos de la Tierra, así como para los astronautas en órbita alrededor de ella.