La crisis de la humanidad contemporánea es profunda, por eso la nueva evangelización debe usar el lenguaje de la misericordia, dijo hoy el papa Francisco a los participantes de la asamblea plenaria del Pontificio Consejo para la Nueva Evangelización.

"La crisis de la humanidad contemporánea no es superficial, sino profunda. Por eso la nueva evangelización, mientras llama a tener el coraje de ir contra la corriente, de pasar de los ídolos al único Dios verdadero, no puede sino usar el lenguaje de la misericordia, hecho de gestos y actitudes antes que de palabras y para eso hacen falta testigos creíbles", dijo el papa.

El pontífice argentino dijo que la nueva evangelización requiere un "dinamismo", un "movimiento renovado hacia quien perdió la fe y el sentido profundo de la vida" y aseveró que la Iglesia debe tener las "puertas abiertas" tanto para recibir a quien entra como para llevar el amor hacia afuera. Donde "la esperanza está sofocada por condiciones existenciales difíciles" hace falta "el oxígeno del Evangelio, el soplido del Espíritu de Cristo renacido que la vuelva a encender en los corazones", añadió Jorge Bergoglio.

"La Iglesia es la casa donde las puertas están abiertas, no sólo para que cada uno pueda encontrar acogida y respirar amor y esperanza, sino también para que nosotros podamos salir a llevar este amor y esperanza. El Espíritu Santo nos lleva a salir de nuestro recinto y nos guía hacia las periferias de la humanidad", reiteró.

Llevar el Evangelio al hombre contemporáneo requiere de la Iglesia "un proyecto animado por la creatividad y la fantasía del Espíritu Santo, que nos impulsa a recorrer caminos nuevos, sin fosilizarnos", concluyó el papa.