El titular del SAME, Alberto Crescenti, declaró hoy como testigo en el juicio por la tragedia ferroviaria de Once y aseguró que cuando llegó al lugar "había muertos, había mucha sangre", y que "fue muy fuerte" la escena.

"Yo he estado en el atentado de la AMIA y lo que he visto en el vagón es muy fuerte, muy fuerte", dijo Crescenti ante el
Tribunal Oral Federal 2, donde declaró como testigo el guarda que viajó en la formación siniestrada.

Crescenti recordó que ese día estaba en funciones cuando recibió el alerta sobre el choque de un tren y un principio de
incendio y que inmediatamente declaró el alerta roja, esto es, el aviso a todos los hospitales de la Ciudad de Buenos Aires.
 
"Yo lamento por los familiares pero tengo que ser muy claro: había muertos, había mucha sangre debajo de los zapatos, gente
fallecida, fue una escena muy dura para nosotros", señaló Crescenti, conmovido por el recuerdo. 

En ese sentido, dijo que "los pacientes que se perdieron fueron dentro del vagón", ya que "había 150 víctimas en pocos metros 
cuadrados" y que los bomberos le pidieron "vaselina para poder desenganchar a las víctimas".

Crescenti graficó la situación del interior del vagón como un "scrown de rugby" por cómo estaban atrapadas las víctimas, y
señaló que en dos horas se atendieron 900 pacientes y que ninguno murió tras ser derivado a algún hospital de la Ciudad, aunque sí lamentó que ya hubiera muertos cuando llegaron al lugar.

"El operativo de asistencia a las víctimas no duró más de dos horas para atender 900 heridos", explicó el titular del servicio de emergencias, que se presentó a declarar con su ropa de trabajo: chaleco naranja y camisa verde. 
Según señaló Crescenti, no pudo ver en el lugar al motorman y, más allá de las preguntas de las partes, declaró que en ese
momento estaba enfocado sólo en asistir a las víctimas. 

También declaró como testigo el guarda Miguel Ángel Geronimo, quien recordó que el tren viajaba con exceso de pasaje y que todas las mañanas "viajaban con las puertas abiertas".

"Uno le dice a los pasajeros que entren pero no acatan las ordenes. Es difícil esa parte, los pasajeros quieren llegar a sus
trabajos urgente", dijo. 

Geronimo recordó que la formación que impactó con el andén "andaba con las puertas abiertas" y que él viajaba en el extremo
posterior al que lo hacía el conductor.

Tras el accidente, el guarda recordó que corrió en auxilio del motorman y que lo encontró llorando y lo agarró de las manos, pero
que luego a él le bajó la presión y se retiró del lugar.

Para el fiscal Fernando Arrigo el testigo fue "reticente" y no contó toda la verdad sobre el acontencimiento, y lo mismo opinaron
algunas defensas y el querellante Gregorio Dalbón, para quien el guarda "mintió" en su declaración.

No obstante, le preguntaron si alguien lo asesoró en su declaración, cosa que negó, y aclaró que él pertenece al gremio de
la Unión Ferroviaria.

El juicio por la Tragedia de Once, ocurrida el 22 de febrero de 2012, comenzó el último 18 de marzo: están imputados el maquinista Marcos Antonio Córdoba; los exsecretarios de Transporte Ricardo Jaime y Juan Pablo Schiavi, otros exfuncionarios y 23 exdirectivos de la concesionaria TBA, encabezados por los empresarios Claudio y Mario Cirigliano. 

Todos corren riesgo de recibir condenas de hasta seis años de prisión de cumplimiento efectivo, procesados por "defraudación a
la adminsitración pública" y "estrago culposo".