Esta época de fin de año se caracteriza por el exceso. El exceso de obligaciones, de compromisos, de fechas límite, de preparativos y así se podría seguir enumerando lo que ocurre, cada año, entre el 1º de diciembre y el 1º de enero cuando toda esa adrenalina y todo el esfuerzo realizado parece "resetearse" para volver a empezar.

Lo preocupante es el saldo, no sólo porque muchas veces el estrés y la ansiedad generados durante el último mes del año dejan secuelas, sino porque además enero representa para muchos el mes de las vacaciones y, ¿qué peor que empezar las vacaciones sin expectativas o energía?

"Organizar las fiestas, las vacaciones y los regalos genera una gran ansiedad", destacó el licenciado en psicología Patricio Furman.