Momoi, un educador retirado, había sido hospitalizado en Tokio hacía varios días por una insuficiencia crónica en los riñones. Allí murió el domingo, según informó el Ayuntamiento de Saitama a la prensa local.

Enseñó química agrícola, pasó sus últimos años en un hogar de cuidados en la capital nipona.

Nació en el área de Fukushima, una zona duramente golpeada por el tsunami y el terremoto de 2011, el 5 de febrero de 1903.

En entrevistas, Momoi le adjudicaba su larga existencia a una vida tranquila, una alimentación sana y a varias horas de sueño.