El Registro Nacional de Trabajadores y Empleadores Agrarios (Renatea) encontró 32 peones rurales trabajando en condiciones infrahumanas durante un operativo de fiscalización realizado en una explotación yerbatera propiedad del ex gobernador Ramón Puerta, en la provincia de Misiones. La fiscalización se llevó a cabo el 30 de enero último en la Estancia `I Pora` de la localidad de Santa Inés, en el departamento misionero de Garupá, una de las cuatro estancias que posee el aliado político del diputado nacional y líder del Frente Renovador, Sergio Massa.

Falta de luz, agua y sanitarios; trabajo infantil, y alimentos podridos, fueron algunas de las cuestiones más aberrantes detectadas por los inspectores que hicieron el operativo. De acuerdo al informe del Renatea, se encontraron en una primera instancia 19 trabajadores, de los cuales 17 no estaban registrados.

"Los mismos se alojaban en carpas de lona negra, sin agua, sanitarios, ni elementos de seguridad correspondiente", precisó el relevamiento. Además, remarcó que "en el lugar se observó la presencia de más de 20 carpas, lo que da a suponer que había más trabajadores, que se ocultaron al ver la presencia de los inspectores del organismo".

Asimismo, indicó que "entre los trabajadores relevados se encontraba un niño de 14 años, que realizaba tarea de tarefa junto a su padrastro, ambos de Garupá. Ante esta situación se coordinó con el gobierno de la provincia a través de la Dirección del Menor, la Familia y el Discapacitado, y el Ministerio de Coordinación de Gabinete, el envío de una trabajadora social a los fines de ver la protección integral del niño, ya que en este lugar no es el adecuado para un niño", señaló el informe.

En una segunda instancia, precisó el Renatea, "se relevaron 15 trabajadores en situación paupérrima de precarización laboral, todos alojados en carpas de lona negra, con colchones en el piso, sin luz ni agua, ni sanitarios", además de contar "con alimentos en estado de descomposición por falta de refrigeración. En esta cuadrilla en particular los trabajadores nos pidieron por favor que los sacáramos del lugar, por las malas condiciones en las que los tenían, y porque, aseguraron, habían sido llevados ahí engañados, con la promesa de que los fines de semana regresarían a su casa, cosa que nunca ocurrió", puntualizó uno de los inspectores.

Los peones indicaron que se les cobraba "40 pesos por la lona para armar la carpa y 110 por un kilo de carne y otro de chorizo". Siempre de acuerdo al relato de quienes tomaron testimonios de lo que allí sucedía, "uno de los tareferos se encontraba en estado deteriorado de salud, por la picadura de un insecto, con la pierna totalmente inflamada, que le dificultaba caminar con normalidad". Por otra parte se relevaron otros 27 trabajadores, de los cuales sólo tres declararon estar registrados.